Todos tenemos amigos, ya sean pocos o muchos, pero los verdaderos amigos son menos que pocos. Si tenemos suerte son dos pero comúnmente es sólo uno. Esa persona única que nos conoce desde siempre a la cual le confiamos todo y siempre está allí para ayudarnos cuando se lo pidamos y a veces cuando no se lo pidamos. La amistad que tienes con esa persona es muy fuerte y larga que piensas que nunca se va a romper… Pero yo creo que esa amistad tiene una similitud con el amor, es incondicional pero si no la cuidas y valoras puede quebrantarse tal vez no romper pero ya no será la misma. Me resulta difícil creer que algo así puede estar pasándome y es un sentimiento muy duro que me hace querer retroceder el tiempo. Yo no soy una persona que tiene muchos amigos, soy sociable pero es difícil que una persona pase de la categoría "conocidos" a "muy conocidos" para ser considerados finalmente como mis "amigos".
A veces nos confiamos demasiado y creemos que nuestra amistad nunca va a terminar y siempre será la misma, que nuestr@ mej@r amig@ siempre estará allí, para ti, pase lo que pase, y siempre te esperará cuando tu estés ocupad@ en tus asuntos. Lamentablemente eso me paso a mí… Por mal entendidos de la vida decidí apartarme de ella y sin nada más que decirle lo hice. Pasó el tiempo y al hablar me di cuenta de los tantos errores que cometí que no pensé que afectarían tanto nuestra amistad. La falta de tiempo que tenía para ella fue uno de los reproches que me hizo y el que más me dolió. Ella tenía razón, si antes de empezar la universidad tenía poco tiempo pues al empezarla ya casi no lo tenía. En mi vida sólo había espacio para ir a la universidad, estudiar, trabajos, familia, mi enamorado y, en el último lugar, amigos: mi mejor amiga. Grave error: tengo que entender que siempre hay tiempo para todo y si priorizar no funciona pues el método de rotación sí.
Cuando por fin aclaramos las cosas y aparentemente vino la reconciliación, como en cualquier conflicto en cualquier tipo de relación, quise cambiar y enmendar mis actos: "Reconozco mis errores y ahora no los volveré a cometer" - reflexioné. Pero para mi desgracia creo que es tarde, la reconciliación no necesariamente tenía que significar que todo iba a ser igual que antes, todo es un proceso y eso yo ya lo había experimentado antes pero no pensé que también sucedería en esta caso amical. Ahora ella tiene otra amiga a la cual confía sus cosas, comparte más tiempo y al parecer quiere más que a mí. Es justo, me lo merecía, ella le dio más tiempo e interés a la amistad que tiene con mi "mejor" amiga. No valoré su amistad, y ahora me queda sólo resignarme a la idea que ya nada será como antes y que tal vez ella ya no será más mi mejor amiga. Pero al menos tomaré de consuelo el recuerdo de las cosas que pasamos y la experiencia de haber tenido una amiga tan comprensiva y protectora a la cual yo quería demasiado casi como una hermana y madre al mismo tiempo. Qué triste mi historia...
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